En tus manos tienes un libro de oración. Te recomiendo que no sólo lo leas, sino que, sobre todo, ores con él. Reflexiona sus contenidos, hazlos oración, adéntrate en el mar de su riqueza y, a medida que avances en sus páginas, toma nota de lo que más haya tocado tu corazón, aquellas expresiones con las que te identifiques, y vuelve luego sobre ellas. En sus páginas también encontrarás espacios en blanco que pueden servirte para que tú también escribas tu propia oración o para que continúes, extiendas o prolongues algunas oraciones en particular, hasta convertirlas en la expresión de tu propia experiencia personal. El título de esta obra es una petición, un llamado, una oración en sí mismo, que se convierte en su objetivo final: Jesús a mi alma. Y lo que Él te responda, lo que quiera decirte, será siempre una mejor oración, incluso mejor que la tuya. Recuerda que escuchar es un arte, y escuchar a Dios debe ser una escuela de vida. Pido a Dios que esta obra se convierta, para tu alma, en ese lugar de encuentro con Jesús, su Hijo, salido del Cielo para estar contigo